domingo, 25 de noviembre de 2007

PRECEPTOS DEL POLITICO PERFECTO; RECORDANDO A ORWELL FOR FAI.

Ser crítico con ímpetu calumniante con tus colegas, te confiere exclusividad proyectiva, no obstante, mantener siempre la cautela (al tergiversar una verdad) hace al experto en exageraciones convincentes.

Pecar de falsa modestia te expondrá a ser tildado de “pésimo mentiroso.”

Cuanto mas desprestigies a tu oponente con contundencia dramática, con mayor eficiencia lograrás que ellos se vuelvan tus enemigos.

Colecciona enemigos, ellos, a la inversa, indirectamente al desmentirte alimentaran tu prestigio.

Políticamente, la especulación no es una estrategia, sino una condición inapelable, y literalmente la palabra “improvisación” es una mala palabra.

Tu éxito redituable como dueño del circo depende de tu capacidad de presentarte como el payaso que entretiene pero el cual no es el número principal del show.

No te confies de la chapa de winner que tus chupamedias te adjudican. Tu margen de credibilidad carismática depende de sentirte el monito que baila por la plata.

Toda alianza es promisoria cuando se trata de defender intereses creados.

Una fidelidad ortodoxa a una causa partidaria es una irreverencia estéril.

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