Sin previo aviso, un día, (un día previsiblemente obviable por desajustado) en que uno se levanta sintiéndose nada mas que una patada y casi desconociéndose, inhibe su carisma habitual con cierto sopor deprimente. Un día, en el cual una amalgama de densidad histérica, desazón eclosiva e intimidante y una íntima sensación de estarse atragantando con la propia mufa (una disociante mufa de índole patética aunque genuina) definitivamente logra sacarnos de quicio. Es el día en que uno comprende que solo si se vale de la audacia transgresora de su espontaneidad y de cierta cuota de excéntrica rebeldía, logrará librarse de la rabia y la angustia de sentirse paralizado por una inseguridad compulsiva y esterilizante.
Por suerte, uno es un loquito lindo siempre dispuesto a lidiar con la insatisfacción, canalizándola. Allí quizás resida el desafío, en sacudirse el tedio con ímpetu reaccionario, sintiéndose una existencia dispersa y actuante, perfectible y gestora. Una existencia orientada por una especulativa herencia simiesca, sí pero esperanzadora (porque negarlo :todos tenemos un pedacito homerodiano latente, todos podemos, llegado el momento oportuno, actuar como un mono enamorado, todos somos un tanto eximios tanto como ex -simios) y es entonces cuando uno comprueba que no siempre las cosa salen como uno piensa, pero vale la pena arriesgarse a experimentar la vida ajeno a prejuicios.
Entonces uno toma un libro de feng-sui y se interioriza en lo que respecta a la focalización de la energía mas fértil y según una urgencia por optimizar un contexto a favor de la plenitud del propio "Chi" y conseguir espantar todo indicio emergente de promisorias turbulencias .Luego, uno lee algo de Lao-Tsé, y al unísono que se permite ensayar un intento de abordar meditaciones en clave minimalista puliendo viejas nociones preliminares en beneficio de establecer una aproximación a una síntesis interna ,también se sorprende prometiéndose comenzar a practicar Thai-Chi, y con el fin de disciplinar su ansiedad también ensaya concentrarse en un par de esferas de Chi-kung.
Cuando uno se propone superarse con seguridad lo logra. La mufa se disipa y se recobra la vitalidad y el carisma energizante.Las perspectivas cambian y las mirada percibe la diferencia.
Se prenden sahumerios, se cuchichea introspectivamente, se ejerce la efectividad de la intuición: la propuesta es desintoxicarse de tanta chatura ficticia y tanta inabarcable prioridad infundada, y tanto histrionismo trastocado, y tanto bastardeado disconformismo con el amor y la realidad, la intención es zafarse de la carencia de entusiasmo.
Uno comienza a escribir haykus, pretende realizar un cubo o una paloma valiéndose dela lúdica precisión del horigamy.Prende la tele, zapping vertiginoso, la instantaneidad de las imágenes es imperante pero solo es una excusa nimia para la mirada, luego el equipo de audio también se enciende, escucha desordenadamente fragmentos de demasiados temas, los saltea como si buscara uno en especial pero a la vez se decide por no preferir ninguno. Piensa en lookearse la costumbre, pasa la mano levemente sobre sus llamadores de ángeles regalos onda new age de alguna fulana (¿o novia?) con predilecciones por lo hippie.
Solo se trata de consumir vorazmente de todo, lo que fuera, muy desordenadamente, pero abundantemente a pesar de que en si todo una vez filtrado por este estado alterado de impaciencia e inquietud frustrante sea sino y en potencia inminente la gota inoportuna que haga derramar el vaso en cualquier momento. Y es tal el arranque tempestivo que uno se siente como si contara con una capacidad telekinésica mediante las cual podría de una sola mirada furiosa, o de un solo y contundente golpe de gong, mandar todo al “joraca” a una especie de agujero negro (¿como el de una mente cuya vorágine e insanidad se atosiga con la reverberaciones de un único eco: “estoy harto, quiero romper todo”?)Y el pensamiento es bombardeado con remanentes de un farandulerio vernáculo (el de un circulo vicioso en que te incluís) y cuchichea acotaciones y dramatiza el panorama pero a la vez se esfuerza y se chantajea la ansiedad brindándose abrasetes de pregnancia naif como exigiéndose sentirse chocho.
Sea como sea, hay días en los cuales, uno sin previo aviso piensa que sería necesario que nuestra mente sea más permeable a las novedades. Es tan empobrecedor glorificar la repetición.
Entonces uno comienza a asumir clisés de utilería, rescatados de una casa de cotillón, tales como: “Tener una mente abierta, es un requisito para tener un corazón abierto” o “Si te acarician el alma tocas el cielo con las manos" y también “El amor quizás sea el proceso que me permita llevarte suavemente de regreso a ti mismo", para finalmente decirse: "Vine al mundo desconociendo todo y ahora, prefiero distraerme desentendiéndome de tanta demensialidad ambivalente frugal."
Desde luego un pedacito de crisis y neurosis y son una posibilidad factible ¿Los antídotos posibles? el amor, la creatividad, el humor.
Sí, hay días en que sin previo aviso uno decide modificar los imprevistos en acontecimientos redituables para la voluntad y debatiblemente proactivos para la fe…
Corolario: “cuando mas intensa, profunda y sincera es la exploración interior, mas afianzada se sentirá la propia identidad y por ende la intuición.”
ESTILO GOTESCO MEDIANTE…ESTE ALTERMISTICO SE MANDA A MUDAR
(LO QUE FUE, HA SIDO, LO QUE VES, ES LO QUE SIGUE ¿ESTAS AHÍ?)
Wake Up, open your eyes, this is a beautiful day.



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