miércoles, 29 de julio de 2009

LA VERDAD DEL CHIMICHURRI

Uno se precipita a veces casi por instinto y de común acuerdo con cierta prepotencia en alquiler, a coreografiar una ristra de cavilaciones que de arrastre ya amedrentan por el simple aderezo de ser menudas y tullidas, empero aceptando de antemano que a la hora de instruir a la propia ignorancia pasa por una cuestión de embrollarse y arengarse con vituperios repentinamente belicosos inútilmente la elección sustituye a la indecisión, cuando una satisfacción previa lo amerita como quien se place con mendigar una convicción con entusiasmo franciscano cuando sin embargo casi como el típico “facherito” que se afea desfachatándose con “ñoñera snob-ista” el ego, parafraseando el slogan “MI INCLINACION NATURAL AL PECADO NO ME PERMITE SER SANTO” se jacta de ser pecaminoso y concupiscente y opta entonces por proferir ELECTROSHOKS DE INCONTINENCIA A LA AUTOESTIMA al subrayarle que solo la desmesura conduce a lo conveniente y lo conveniente precisamente tiene que ver con acostumbrar las palmas a los clamorosos aplausos para el ASADOR DE TURNO.

Pero… ¿Un buen asado tiene que ver con el popular uso del chimichurri? ¿El asado sin chimichurri es como el sexo sin amor? No sé si el sexo sin amor es perjudicial para la salud , pero el hecho de tener sexo durante varios años de casado, no sé si pasa por una cuestión de sentirse plenamente enamorado, sobre todo cuando la comezón del acostumbramiento se palpa en la parsimonia hogareña de pernoctar espalda con espalda en decúbito en el mismo somier en que solo de vez en cuando se apapacha uno haciendo la popular cucharita, tan afrodisíaca para los que estrenan concubinato pero ya no tan emocionante para los que comienzan a convivir con el stress de una cotidianidad desmedida en cierto NIHILISMO CARICATURESCO que nos desgasta la fidelidad hacia nuestra susodicha partenaire y nos abisma mas que el ánimo la vigorosa pasión, que cuando ya no fluye en torrentes se financia solo con cuentagotas. En fin, el sexo como tal, el sexo con o sin deleite espiritual (amor) el sexo es sexo acá y en la China. Tener sexo es tener sexo, el sexo es sexo y por ende se torna una gran hipocresía con ínfulas prostibularias y recato profiláctico cuando se minimiza su finalidad genética, hablamos del hecho de copular terapéuticamente y disfrutar sexualmente por deber (con el sublime deber de inseminar y fecundar) y no por placer pornográfico, o sea, si no vas a engendrar no tengas sexo como así mismo para ser buen asador se debe aprender a preparar un excelente chimichurri, y lograr la excelencia en el preparado del chimichurri exige conocer su verdad:

Así como el celibato es una experiencia post masturbatoria, LA ASEXUALIDAD, UN ESTADO QUE SE ALCANZA SOLO EYACULACIÓN MEDIANTE y el sexo es un nudo en la garganta que se distiende cuando le rescindimos el contrato al ego y ponemos de patitas a la calle al sudor de testigo falso que emana el histerismo represor del deseo y se desagravia al valor de la sexualidad en sí, como quien profesa la "onda zorpaso", por que la onda atarse los cordones es un cliché formulista consentido por los mismos detractores de la desidia fáctica del desapego, que a su vez especulan si el tamaño importa.. (WTF?), cuando en realidad se adivina que el control del termostato del calefón tantrico maldita sea!!! A la hora de los bifes, queda a exclusiva disposición de ellas,… puesto que una cosa es EL DELICADO CHANFLE AERODINAMICO DEL DERRAPE DE UN CHORIZO EN SARTÉN DE LOZA y otra el SUCUMBIR ANTE EL SUCUNDÚM DESPAMPANANTE DE UN REPENTINO CORNETAZO EN ORSAI … En definitiva EL CHIMICHURRI NO ES MERENGUE por la misma razón por la cual EL SEXO NO ES UNA MERA CONTRAVENCIÓN QUE AMERITE ESCARMIENTO Y TARJETA ROJA.

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